Patrono de agricultores
Autora: M.P. Beamud Cárdenas
San Isidro, 15 de mayo en Alcázar,
acompañado de numerosas personas,
es trasladado a su ermita del cerro. Ya
en la tarde anterior, y a primera hora
de la mañana, se puede ver a la gente
acercarse por caminos improvisados,
cruzando campos salpicados de los
colores de la primavera. Son muchos,
pero sobre todo son los labradores los
que vienen a rezar y a hacer fiesta.
Gentes sencillas del campo, devotos
de su Patrón, a quienes encomiendan
los frutos de largas jornadas de
trabajo a la intemperie, expuestos
a los rigores del frío y al calor de
los rayos del sol, a las inclemencias
del tiempo cuando se desatan
desafortunadas tormentas, a las
plagas de animalillos enemigos de
la prosperidad de las cosechas, o al
vaivén de los precios en el mercado
tan escaso siempre con el producto
agrícola.
Ciertamente, no lo tienen nada fácil.
Por eso, la mirada de estas buenas
gentes se vuelve al cielo. Vienen
a rezar y a fortalecer su fe en la
Función Solemne, para después en
peregrinación subir hasta su ermita.

San Isidro se santificó en la vida
oculta, en su quehacer cotidiano.
Gajo apariencias ordinarias, su vida,
“escondida con Cristo en Dios”, dio
abundantes frutos de santidad que
perviven en el corazón de las gentes
del campo. Este santo es modelo de
vida al que dirigir la mirada y dirigir la
plegaria, en el camino de la vida.
Porque para el
buen labrador el
cuidado de la tierra
es una vocación.
Por eso conocen lo que significa
arriesgarlo todo y vivir colgado de la
Providencia que traerá o no el fruto
deseado. Saben mucho de paciencia
y de esperanza, aunque nunca hablen
de ellas ni reflexionen sobre lo que
viven.
Les basta con eso, con vivir en una
gran naturalidad, disposiciones del
alma muchas veces meritorias, sin ser
conscientes de ello. Y esta dedicación
a la tierra, que les ha robado el
corazón, los llena de alegría cada 15
de mayo, cuando festejan a su Patrón,
en el que ven reflejada su vida ideal.
Es día de petición, pero también
de acción de gracias por los dones
recibidos, es día de celebración, de
convivencia, de alegría, de compartir
con amigos y extraños, es día de
fiesta. ¡Disfrutadlo!
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Revista San Isidro 2015

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