· articulos · 6 min de lectura

Miguel Antonio Maldonado Felipe

San Isidro tiene su propia Zarzuela en Alcázar de San Juan "Lo quiso así San Isidro"

Zarzuela de costumbres alcazareñas en dos actos divididos en 6 cuadros.

Original de Francisco Fernández Martínez de Vega. Música de Benigna Conscience.

Las fiestas en honor a San Isidro de 1947 gozaron de dos formidables eventos. Por una parte, la hermandad contó con una nueva imagen del Santo, bendecida el primer día del novenario y sacada en romería en su día grande; además, en el terreno artístico se produjo el estreno mundial de la zarzuela de costumbres alcazareñas: “Lo quiso así San Isidro”, en la cual se plasmaba, como así recogía un cronista de la época: “el ambiente simpático que se respira en este lugar de La Mancha el día en que sus bonachones labradores celebran la fiesta de su Santo”. Y no podía ser de otra manera atendiendo a estas estrofas extraídas de uno de sus números musicales que rezuman alcazareñismo en estado puro.

Antiguo recordatorio de San Isidro

Que hermoso esta San Isidro
va a salir en procesión,
los labradores de Alcázar
le tienen gran devoción.

Hace que llueva en su tiempo
“paque aiga” mucho pan,
y el aire cierzo y solano
las espigas granarán.

A San Isidro andandito,
el pueblo entero se va,
a ver al santo bendito
que pan a todos nos da.

La zarzuela se estrenó el 14 de mayo de 1947, víspera de San Isidro, en el teatro Crisfel, también conocido como teatro moderno, obteniendo un rotundo éxito artístico, de crítica y sobre todo de público, del cual vamos a dar cumplida crónica, salvando la distancia irremediable que nos marca el tiempo.

La hermandad de labradores, como era costumbre, había programado para aquel año obsequiar a los pobres de la ciudad con una comida benéfica y los ingresos obtenidos con la representación de la zarzuela contribuirían a sufragarla. La expectación fue tanta que la demanda de localidades se vio desbordada, colgándose el cartel de “no hay entradas” desde horas antes de la representación. Interés de un público que no se vio decepcionado ya que fue tan resonante el triunfo, que hubo de representarse dos veces más. Sus autores, noveles por aquel tiempo en este tipo de género musical y escénico, aunaron ingenio y talento, firmando conjuntamente esta obra que vendría a convertirse en emblema y máximo exponente de la idiosincrasia alcazareña de la época. Francisco Fernández “Paco Murcia” y Beni Conscience, autores del libreto y música respectivamente, formaron en las décadas de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, un tándem de creatividad literaria y musical muy prolifero, suscribiendo de forma simultánea, además de ésta que nos ocupa, numerosas zarzuelas y números musicales como la fantasía arrevistada “El hombre que vivió dos horas”, estrenada en marzo de 1950, a la que siguieron “Lo mío es para ti”, “Los vivales”, “Titiritaina”, “Eran 7 enanitos” o “Gloria la de embajadores”, esta última estrenada el 4 de mayo de 1958.

Libreto de “Lo quiso así San Isidro”

El libreto de “Lo quiso así San Isidro”, que he tenido ocasión de releer, presenta un dialogo sencillo y movido. La trama teatral gira alrededor de un amor puro y desinteresado que no logran entorpecer, ni los malos consejos, ni las maquinaciones en que se ve envuelto. Los preparativos de la fiesta, la alegría de la gente joven, el culto a San Isidro en pleno campo, quedan plasmados en esa ambientación. Los cronistas de la época consideraron la música, original de la alcazareña Benigna Conscience de Saiz, muy lograda, instrumentada con gran sentido artístico.

Si bien es cierto que no la conozco en su conjunto, si en parte, habiendo tenido ocasión de gravar hace algunos años, con el sello discográfico local Arecords, el pasodoble manchego: “A tapar la ventana”, también conocido popularmente por el de las mantas, con el cual se abre musicalmente el segundo cuadro con un coro de mozos recreando la antigua costumbre manchega de visitar la ventana de la pretendida refugiándose en una manta que, dispuesta sobre la reja, preservaba cierta intimidad entre ambos.

Partitura de “A tapar la ventana” escrita por Tani

A tapar la ventana
porque hace frio,
y librar del relente
al amor mío.

El amor por gatera
yo no lo quiero
por estar panza abajo
en el duro suelo.

Muy a pesar mío, quedó en el tintero recrear
el número cómico de la Mamerta en el que
Venanciete le declaraba su amor de esta
manera tan castiza:

Hace tiempo que te rondo,
porque tú me haces “tilín”
y a la placeta me asomo
para verte de salir.

Es tanto lo que te quiero
que por tu querer ya no vivo,
y me retiembla “to” el cuerpo
cuando de cerca te miro.

Y ninguna, por fortuna,
es más bonita que tú,
que me “paeces”, una luna,
una luna, lu, lu, lu.

El elenco de actores, cantantes y demás figurantes que formaron parte, tanto del estreno como en las representaciones que le siguieron, estaba conformado por aficionados de la Agrupación Artística Alcazareña, dirigida magistralmente por el propio Paco Murcia, pudiéndose destacar en los papeles protagonistas a Paquita Jiménez y Francisco M. Jarabo encarnando a Quiteria y Carmelo.

En el papel de Venanciete fue todo un lujo contar con el célebre tenor cómico de Manzanares: “Luisillo”, que bregó con una Mamerta representada por Carmencita Gómez. Tío Anselmo y tía Consuelo, los padres de la protagonista Quiteria, recayeron en Miguel Espadas y Carmen Flores respectivamente.

Rondalla de “Los romaneros” en la ermita de San Isidro en 1947

El resto de personajes como Mariana, Apolonia, tía Lucia, tío Ángel o Tanasio, fueron perfectamente representados por las actrices locales Carmela López, Elisita Pedrales, Nery Muñoz, Angelita Carretero, Goyita Mijan y Pepita Collado y los actores Román Cano, Jesús Comino, Manuel Tejado, Antonio Valle, y Moisés Mata.

Destaca el cronista lo aplaudida que fue la intervención de la típica rondalla manchega de “Los Romaneros”, y no podía ser de otra manera encontrándose en ella mi abuelo Jesús y sus hermanos Ciriaco y Faico, además de José Felipe y el “jarete” Monedero entre otros.

La dirección de la orquesta recayó en la batuta del prestigioso músico, Don Vicente Martín, director de la Banda Municipal de Argamasilla de Alba.

En suma, un gran acontecimiento que supuso tal triunfo para los autores, músicos y actores, que además de las tres representaciones de mayo, hubo de repetirse nuevamente en el mes de diciembre de ese mismo año de 1947, con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción, reponiéndose igualmente en años siguientes, en uno de los cuales debutó nuestro querido paisano Manolo Delgado Meco, que hizo de monaguillo según su propio testimonio.

Sirvan estas líneas, a modo de reivindicación, para que se aúnen esfuerzos y en años venideros pueda hacerse realidad el deseado reestreno de esta gran obra en nuestra ciudad, creo que Alcázar y San Isidro lo merecen.

    Compartir:
    Ir a articulos